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Auxiliares de ayuda a domicilio. 1000 lunas, las voces de quienes cuidan

¿Sabes lo que supone ser profesional de la ayuda a domicilio? ¿Sabes que tal vez tú o yo, o alguien de nuestro entorno, en algún momento -circunstancial o permanentemente- podremos necesitar de su colaboración?

Desde el 2014 he tenido la suerte de compartir tiempo de aprendizajes mutuos con varios equipos de profesionales que se dedican, en cuerpo y alma, al cuidado de las personas que, con diferentes grados de dependencia, necesitan de la ayuda especializada para algo tan cotidiano como la higiene personal, el alimentarse, la administración de la medicación, la limpieza de su espacio vital, etc.

En el detalle de las funciones cotidianas hay una que muchas veces es intangible. No consta, pero es inevitable. El acompañamiento vital, el generador de vínculos insondables, el que protege, tantas veces, de los efectos emocionales de la soledad no lo elegida. ¿Cuántas personas esperarán el sonido de las llaves como mensajero del encuentro humano y analógico de la jornada? ¿Cuántas voces humanas, sin interferencia tecnológica, les preguntarán cómo han descansado, o qué le apetece hacer?. Sin dudas, las de las auxiliares de ayuda a domicilio.

Esta es una carta de amor deletreada con las palabras que aprendí de vuestros relatos a viva voz.

Auxiliares y usuarias y usuarios. Qué vínculo tan hermoso definido con palabras tan poco afines y tan poco significativas. Si Wittgenstein dijo que «los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo», deberíamos mostrar más cuidado y precisión a la hora de nombrar la relación que establecéis cotidianamente, el vínculo que tejéis día a día.

Vuestra labor es poco visible, aunque del todo necesaria. Vuestro reconocimiento es escaso, aunque como colectivo sois uno de los factores claves de cohesión social de nuestra sociedad. ¡Qué sería de tantas personas en unos tiempos en lo que no siempre se encuentra tiempo para el cuidado de quienes más lo necesitan!

Vuestra lucha es cotidiana y silenciosa. Casi nunca estáis en las agendas, excepto cuando una mala praxis sale a la luz. Entonces se os pone en el foco mediático.

Vuestra incertidumbre es permanente. Vuestra estabilidad profesional está vinculada a los azares de la vida.

En los momentos más duros de los últimos meses, en demasiadas ocasiones con infradotación de recursos, os acercabais a cada casa con el ánimo en claroscuro. De un lado, la luz de vuestra vocación de servicio vuestro compromiso con quienes atendéis y cuidáis. Del otro lado, la sombra del riesgo que podíais suponer para ellas, para vosotras, para vuestras familias. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre social, antepusisteis su cuidado y protección a la vuestra.

Cuando os preguntaba por vuestras funciones, ibais desgranando respuestas inéditas, ibais desenmascarando tópicos aceptados sin contraste. No sois limpiadoras de culos, sino que realizáis la higiene integral de unos cuerpos que casi nadie acarician. No sois asistentes del hogar, otro sector profesional fundamental, aunque entre vuestras funciones esté mantener limpios los espacios vitales de la persona, sin sobrepasar aquello que está indicado en el PIA (Plan individual de Atención). Otra lucha silenciosa y cansina.

De vuestra voz, con vuestros relatos, descubrí lo que realmente sois.

Sois profesionales del cuidado integral de las personas.

Sois profesionales ansiosas por aprender y mejorar en vuestra praxis diaria.

Sois profesionales con un compromiso claro con vuestra comunidad.

Sois personas que, tantas veces, os lleváis a casa las palabras, los gestos, las miradas, el olor del dolor, el propio y el ajeno.

Sois mujeres, mayoritariamente, y hombres sintientes que tantas veces os encontráis desbordadas por los efectos de los riesgos psicosociales de vuestro desempeño profesional.

En el año 2014, EDIA, empresa de diversificación integral del Andévalo, se puso en contacto con el equipo de amalteacultura para abordar -con la atención centrada en las necesidades de cada una de vosotras- los efectos de los riesgos psicosociales de vuestra labor.

Y ese fue el espacio que propició un programa de encuentros -de aprendizajes múltiples- en seis municipios en un contexto rural y de frontera. Juntas cartografiamos un atlas de mapas para desarmar mecanismos obsoletos, para releer las huellas de las vivencias más íntimas, para desentrañar automatismos, para reescribir la experiencia, para resignificar vuestra labor, para aumentar vuestra estima.

Nos adentramos en las preguntas no formuladas, en las heridas no cicatrizadas, en las experiencias comunitarias y descubrimos el valor de tanto conocimiento desvalorizado por la inercia de lo cotidiano y la baja autoestima. Descubristeis que el liderazgo femenino también eclosiona en vosotras, las profesionales del cuidado de las personas dependientes.

Y pusimos el foco en el que es el aprendizaje más difícil de aplicar, que el cuidado de los demás siempre empieza en el cuidado a una misma, a uno mismo.

En esos encuentros surgió la semilla de la aventura de mostrar la labor de las casi 1000 profesionales que trabajaron en el Andévalo onubense durante una década. 1000 lunas no solo es un proyecto audiovisual, es una oportunidad para iniciar un viaje por interiores que deben ser proyectados socialmente. Gracias al equipo directivo, al equipo de coordinadoras, a la responsable de riesgos laborales, al resto de profesionales de EDIA y a los responsables de las corporaciones municipales que hicieron posible la cartografía de vínculos que tejen una parte del territorio profesional y emocional del Andévalo.

Gracias a los profesionales de Socio Creativo que han hecho de la producción de 1000 lunas un ejercicio delicado, generoso y empoderador para disolver los miedos escénicos y estimular la confianza de las protagonistas.

Gracias infinitas a mi alter ego, a Manuel Joaquín Custodio, mi compañero de aventuras nómadas y amaltéicas, por los maravillosos retratos que hiciste, por tu generosidad, tu complicidad y tu maestría incondicional.

Gracias eternas a todas vosotras, musas atlántides, por haberme permitido este viaje iniciático que transformó mi mirada irremediablemente y que espero que no tenga fin.

En este enlace podréis disfrutar de esa aventura de historias entrelazadas 1000 lunas_documental



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