Carta a una amiga
Querida amiga, compañera del alma ¡tú me has dado una lección de vida!
Apareciste en mi vida una tarde de primavera. Mi vida se encontraba en calma y los momentos difíciles habían pasado.
Nos invitaron a todas las compañeras a una reunión y pasamos ¡Otra reunión de esas pesadas! Pero ¡qué sorpresa más agradable! Nos encontramos contigo, Amaltea, una persona culta y sabia. Yo, sin embargo, solo era una mujer de pueblo, sencilla a la que la vida le dio una nueva oportunidad. Te hacías entender, hablabas nuestro idioma para que pudiéramos comunicarnos, nos conquistaste a todas. Era como si me encontrara con alguien de una vida pasada, alguien a quien conocía desde hacía mucho tiempo.
Nos hablabas de serendipia, de zona de confort, de inteligencias múltiples y emocional, del efecto espejo, de resiliencia ¿Esto qué es? No sabes el impacto que tus palabras causaron en mí. Me sentí atraída y con mucha curiosidad y empecé a estudiar y a investigar. Se abría un nuevo mundo para mí, el mundo de la sabiduría y el amor, yo era tan pequeña y mi mundo era tan sencillo.
Conectamos desde el primer momento y siempre tenías una palabra generosa para mí y me hiciste sentir poderosa. Yo quería verme en tu espejo, quería cultivar un vínculo y entablar un lazo inquebrantable.
Querida Amaltea, dejaste una huella imborrable en todas nosotras, marcándonos de alguna manera. Eres un ejemplo a seguir y una mujer con gran empatía. Nos sentíamos muy vinculadas a ti emocionalmente.
Mujer fuerte y valiente, que enriqueces mi vida y me identifico contigo como su fueses mi alma gemela y hubiésemos compartido camino vital. Te ganaste mi confianza a través de tus dotes de liderazgo y confianza. Te interesaste por mis pensamientos y mis ideas y me impulsaste a luchar por mis sueños y habilidades. Siempre me elevaste mi autoestima y me enseñaste a guiarme por el corazón, creíste en mí y en mis posibilidades, y me has hecho más fuerte.
Compañera del alma, creo que todo sucede por algo y que la vida te puso antes mis ojos ¡Qué gran regalo para mis sentidos! Para hacerme crecer personalmente, cuánto apoyo recibido, tus palabras siempre fueron agradecidas ¡cuánta generosidad compañera!
Te admiro por ser como eres, por tu valentía, honestidad, porque construyes con tus palabras y tiendes puentes acercando posturas.
Te admiro porque irradias luz, por tu compresión y entendimiento.
Te admiro por saber escuchar y dar lo mejor de ti, por tu entrega y tu cercanía.
Te admiro porque creíste en mí y me hiciste creer en mí misma. En definitiva, por ser buena persona y contribuir a cambiar el mundo y llevar el amor como señal de identidad.
Te admiro porque has despertado en mi un nuevo interés por la literatura y descubrir un nuevo mundo en mí.
Te admiro porque tus mensajes son entusiastas y positivos y transmites paz.
Te admiro porque sabes tocar el corazón y los envuelves de música.
Te admiro porque tu causa es la mía.
Te admiro porque nos das la fuerza para luchar por nuestros sueños.