Volumen 5

Escribir del amor desde el amor, qué tremenda oportunidad para aventurarse más allá de las predicciones y releer las experiencias íntimas desde el calidoscopio de nuestras dudas.
Escribir cartas de amor es un reto íntimo con una proyección imprevisible. La tentación de recrear los momentos sublimes de una relación puede ser tan grande como desalentadora.
El amor germina en los hilos invisibles con los que trenzamos nuestros vínculos.
El amor crece en lo minúsculo, en las estructuras mínimas, en los hechos nimios, en los instantes inocuos, en los encuentros desapercibidos.
El amor se nutre con el sonido de las voces que se entrelazan, con danza de los cuerpos en la coreografía de las esferas, con la proyección de las manos abiertas, con el silencio sin prisa de la semilla que ignora el ruido de urgencias ficticias.
El amor tal vez sea una fuerza primigenia que nos guía hacia espacios desatendidos en los que hibernan miedos postergados.
Escribir sobre el amor desde el amor es un bálsamo para heridas ignoradas, dice una de las coautoras de Cartografías de amor…
Que así sea.
Que así siga…

Carmen