No estás
Sin haber sido gestadas en el mismo vientre.
Sin haber mamado de los mismos pechos.
Solo el amor incondicional que nos teníamos nos convirtió en hermanas. Hermanas para nuestras confidencias.
Hermanas para llorar nuestras penas.
Hermanas para compartir nuestras alegrías.
Hermanas hasta tu último aliento,
después de una larga batalla que perdiste.
No estás.
Y aun así estoy contenta.
En mí permanecen nuestras miradas.
Nuestras miradas en silencio, sin palabras.
Ya estaba todo dicho.
Solo nuestro amor en medio de tanto sufrimiento.
Comprendiendo y aceptando.
Doy gracias por haber estado a tu lado en tu último aliento,
acariciándote con mis manos,
acariciándote con mi mirada,
acariciándote con mis labios.
Jamás podré olvidar a quien me dio tanto que recordar.
Mariani.