Te vi en un sueño pariéndome
Querida mamá:
Hoy es 9 de abril de 2019, son las 9.40 de la mañana y recién estoy desayunando.
Últimamente me cuesta levantarme, no por depre sino porque no me da el físico de cansancio, voy con todo retrasada y tengo un pensamiento tonto y recurrente y es que me gustaría tener la energía de los 20 ya que hago más del doble de cosas que a esa edad.
Las movidas artísticas y no tanto de marzo por los 43 años de conmemoración del golpe cívico-militar me pasaron por arriba, mas que otros años, pero contenta de haber hecho algo por mantener la memoria viva tu memoria y las de los 30.000 y de esta Argentina que se va a pique de nuevo.
Pienso en cómo hacías para criarnos, laburar y militar al mismo tiempo y me lleno de orgullo. Cada tanto aparece el enoje y el abandónico no te lo voy a negar, pero esto de la madurez ayuda a ver todo el panorama y aunque te quisiera dar un gran abrazo y que vos me lo des a mí, entendiendo tu lucha cada vez que salgo a la calle y veo tanta gente durmiendo en ella.
El aroma a café que tanto me gusta por suerte me rompieron este monólogo que jode y que me cuesta evitar.
Es la maldita culpa del sobreviviente con la que me voy amigando y el arte es mi cable a tierra.
El gato es como si supiera que te estoy escribiendo porque no me maúlla para jugar y me acompaña en silencio.
Gracias vieja, gracias por tu lucha y amor.
Te seguiré escribiendo hasta que te recuerde.
Te quiero
Ana Cecilia
Tu hija
PD. Hoy en Buenos Aires tenemos un día de verano en pleno otoño